"Quizá estar vivo sea esto: Perseguir instantes que mueren."
Otro mes más estamos de vuelta de nuestra reunión de soñadores, en este ocasión hemos hablado sobre “La elegancia del erizo”, un libro luminoso y delicado.
Hay que reconocer que el principio del libro resulta un poco difícil de leer, ya que trata temas y pensamientos en forma de reflexiones de las protagonistas y a veces se hacen duros y engorrosos, pero si seguimos leyendo recibiremos una grata sorpresa cuando la vida de estas dos almas gemelas empiezan a entrelazarse con la llegada de Kakuro Ozu.
A partir de ese momento el libro va "in crescendo" hasta un final que no deja indiferente a nadie pero que, en mi humilde opinión, es ante todo un canto a la vida.
En algunos capítulos se acumulan tal cantidad de ideas que podríamos tener varias sesiones de soñadores sólo para hablar de ellas.
En definitiva hay gran cantidad de temas puruleando por esta delicada novela, pero querría destacar sobre todo la soledad que envuelve a estas almas, el miedo a darse a conocer que hace que ambas se oculten en sus propios mundos, tejidos de arte y literatura, porque temen que no haya más que la fealdad que ven a su alrededor.
La aparición de Kakuro llega como una lluvia de verano que limpia sus almas y les hace entender que siempre hay a nuestro alrededor otros que son capaces de ver más allá de las apariencias, de ver nuestro corazón y compartir las camelias que nos regala la vida.
Todos somos un poco erizos y nos cubrimos de púas para protegernos de nuestros miedos, encerrandonos en nosotros mismos y no dejando paso a nadie más, pero espero que también, tengamos algo de su elegancia y podamos compartir la belleza de este mundo, un siempre en el jamás.
"Tiene la elegancia del erizo: por fuera esta cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalitos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes."
Gota de lluvia