Después de un mes de ausencia por mi parte, que no del club de lectura, que ha estado desgranando la historia de amor de los puentes de Madison, volvemos de nuevo a la carga con el libro más conocido de Amy Tan “El club de la buena estrella”.
Es cierto que es un libro inmensamente femenino, son 8 las protagonistas (bueno alguna más ya que aborda tres generaciones) y todas ellas mujeres, pero al final los sentimientos que transmite son universales y no conocen de género.
El libro trata de un viaje de madurez a través de la vivencia de estas mujeres, madres e hijas que empiezan a comprenderse y acercarse. Refleja muy bien esos conflictos generacionales, como muchas veces los hijos empiezan a comprender mejor a sus mayores al ir creciendo, como a veces ambos empiezan a acercarse de nuevo porque ponen de su parte y dejan atrás esas pequeñas peleas que les marcaron y ahondan en el otro y su mundo.
Cuantas veces nos alejamos de aquellos que amamos porque no somos capaces de escuchar o de ceder un poco y no darle tanta importancia a cada una de las cosas que nos hacen y que, a veces, ni siquiera tienen mala intención aunque nosotros nos empeñamos en sentirnos humillados y creer que es porque no nos aprecian.
Este libro trata de hacernos entender que cada ser humano es diferente y actúa de modos diferentes, y más cuando son generaciones diferentes, pero si dejamos eso de lado, si nos molestamos en ver más allá de las formas no somos tan distintos.
Todo ello mezclado con la milenaria tradición y costumbres chinas que a veces se nos escapa, muchas de las enseñanzas que las madres quieres enseñar a sus hijas envueltas en historias y mitos se nos escapan pero creo que aún así dentro de ti sientes su valor e importancia a medida que vas leyendo el libro.
Es una historia preciosa que habla de amor, del valor y la importancia del honor hacia uno mismo para poder compartir con los demás lo realmente humano de nosotros.
Además si tenéis oportunidad de ver la película después de leer el libro, es una de esas raras ocasiones en que libro y película se complementan y llenan los agujeros que una primera lectura podría dejar en tu mente. Puede que tenga algo que ver que la autora ayudo con el guión pero realmente creo que merece la pena verla y dejarse llevar por las emociones que, ya presentes en el libro, nos embargan durante su visión.
"Todas somos como unas escaleras, un escalón tras otro, que llevan arriba y abajo pero en la misma dirección."
Deseando que los últimos días del verano preparen vuestra alma para el despertar de los frutos y que el tiempo de cosecha os traiga muchas oportunidades, se despida hasta el próximo mes.
Gota de lluvia
