Hemos tenido una nueva reunión de soñadores, esta vez para descubrir la sabiduría que esconde un Pequeño Gran Libro “El Profeta” de Khalil Gibran.
Se trata de un libro para degustar poco a poco, paladeando su textura y sabor.
Está dividido en temas que pueden ser elegidos en diferentes momentos y que nos invitan a reflexionar sobre ellos.
Mirad en el fondo de vuestro corazón cuando estéis contentos;
comprobaréis que sólo lo que os produjo tristeza os devuelve alegría;
Y mirad de nuevo en vuestro corazón cuando estéis tristes:
comprobaréis que estáis llorando por lo que fue vuestro deleite.
Algunos de vosotros tenéis la costumbre de afirmar: “La alegría es mejor que la tristeza”;
y otros: “No, la tristeza es un sentimiento superior”.
Pero yo os digo que son inseparables.
Llegan juntos y cuando uno de ellos se sienta con vosotros a la mesa,
el otro espera durmiendo en vuestro lecho.
En verdad, estáis suspensos, como fiel de balanza, entre vuestra alegría y vuestra tristeza.
Sólo cuando estáis vacíos vuestro peso permanece quieto y equilibrado.
Temas que están presentes y son necesarios en la vida de todo ser humano: el amor, la alegría y la tristeza, la muerte, los hijos, el trabajo …
Es un libro de fácil lectura, delicado como un soplo de aire fresco, pero que nos invita a hacer un esfuerzo por entenderlo, ya que si no aprovechamos su lectura para reflexionar, para hacernos preguntas… entonces realmente hemos perdido una de las múltiples oportunidades que Gibran ofrece.
Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades.
El es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento.
Y él vuestra mesa y vuestro hogar.
Gibran nos habla de la Vida y de sus leyes, esas que están escondidas en el interior. En el momento en el que nos acercamos a ellas y comenzamos a comprenderlas, podemos mirar con otros ojos a nuestro alrededor.
Entender el mecanismo oculto del mundo, nos ayuda a entender nuestro propio interior, aquello a lo que casi no prestamos atención y que sin embargo puede hacer que alcancemos una cierta serenidad de espíritu tan necesaria en nuestra vida.
Gibran nos propone que empecemos buscar, a mirar con los ojos profundos del alma y entender un poquito más, el funcionamiento real de la Vida y sus leyes.
Se trata de un buen libro de cabecera para volver a él y pensar sobre cuestiones importantes que han permanecido y permanecerán en el interior de todo ser humano.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
…
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos: De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.
Con la poesía de “El profeta” como alimento para nuestra alma dormida se despide
Gota de Lluvia
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