Cita

Un libro abierto es un cerebro que habla; Cerrado un amigo que espera; Olvidado, un alma que perdona; Destruido, un corazón que llora
PROVERBIO HINDU

sábado, 29 de agosto de 2015

Legado en los huesos: El puzzle empieza a tomar forma


Hemos tenido una nueva reunión de soñadores y continuamos desgranando poco a poco el misterio que se cierne sobre el valle del Baztan.
En este libro empieza a ser más evidente que los crímenes acontecidos en el anterior libro solo eran la punta de un iceberg que es mucho más grande de lo esperado.
Mientras otros crímenes sacuden la zona, el eco de uno de los casos anteriores vuelve a conectar los acontecimientos y de nuevo de la mano de un ser de la mitología vasca: Tarttalo. 

Este cíclope que tanto recuerda al que se enfrento Ulises en su odisea por volver a casa marca los acontecimientos y empezamos a entender que algo oscuro permanece en el valle y que acecha a Amaia desde hace mucho tiempo...
Quizás la similitud de Ulises y Amaia no sea casual, ya que Amaia también se halla perdida en este libro y de algún modo comienza su propia odisea para volver a casa.


“No hay miedo como el que ya se ha probado, del que se conoce el sabor, el olor y el tacto. Un viejo y mohoso vampiro que duerme sepultado bajo cotidianidad y orden, y que mantenemos alejado, fingiendo una calma tan falsa como las sonrisas sincronizadas. No hay miedo como el que conocimos un día y que permanecía inmóvil, respirando con un jadeo húmedo en algún lugar de nuestra mente. No hay miedo como el que produce la sola posibilidad de que el miedo regrese. Durante los sueños vislumbramos la luz roja que sigue encendida, recordándonos que no está vencido, que sólo duerme, y que si tienes suerte no volverá. Porque sabes que si regresara, no lo resistirías; si volviese, acabaría contigo y con tu cordura.”

La reciente maternidad crea dudas en Amaia, su lucha entre esa vocación que siente hacia su trabajo y su capacidad de ser buena madre, unida a su propio trauma hacia su infancia y su madre que aquí la autora nos descubre por fin, empezando a comprender la relación de su pasado con los acontecimientos del presente, el distanciamiento de la pareja ante todas estas dudas en las que Amaia se halla perdida en su odisea particular.
Los secundarios comienzan a mostrarnos nuevas partes de ellos, comprendiendo mejor su manera de actuar.
Me parece importante destacar esa pelea entre Montes y Amaia, ese modo tan masculino, directo y sencillo, de resolver sus rencillas y que crea entre ellos un nueva camaradería, mientras Zabalza toma cada vez más el antiguo camino de Montes.
La aparición del juez Markina y su acoso continuo hacia Amaia que promete dar mucho juego en el desenlace.
Jonan y tía Engrazi de nuevo como puntos clave de Amaia, luces guías, en el que deberíamos incluir a Dupree aunque de un modo más extraño y enigmático.

En definitiva la ventana se va abriendo y empezamos a ver la complejidad del puzzle en el que Dolores nos atrapo desde el primer libro.
De nuevo el valle y su magia nos siguen atrapando con las maravillosas descripciones de la autora y mezclando la realidad con la magia de las tradiciones. ¿En que lugar mejor para empezar a considerar algo más que lo que nuestros ojos ven?

“Es uno de los lugares más bellos que conozco, uno de esos sitios en los que se puede sentir la comunión entre la naturaleza y el ser humano, un lugar donde encontrar razones de peso para recuperar cierta fe. ?Al decir esto último alzó la mirada hasta los ojos de Amaia, que supo de inmediato a qué se refería, y asintió?? Y sin embargo, o quizá por eso mismo, pareciera que algo obsceno se refugia allí, algo sucio y maligno. Amaia lo escuchaba sin perderse detalle.
-Hay lugares -añadió Takchenko- en los que ocurre esto, como si fueran espejos o puertas entre dos mundos, o quizá como amplificadores de energía; casi parece que el universo debiera compensar tanta perfección. Conozco un par de sitios así, incluso alguna ciudad; Jerusalén es un buen ejemplo de lo que intento decir. Podría decirse que algo desniveló los equilibrios de su valle y ahora suceden allí demasiadas cosas, horribles, y también maravillosas, ¿no cree? No parece casual.”
Mari sigue vigilando los pasos de los protagonistas y pidiendo que la afrenta sea lavada.

Deseando que los seres mágicos cuiden vuestros sueños se despide
Gota de Lluvia

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